Hoy me he divertido algo más que los últimos días y no es que aquellos lo fuesen menos, sino por el motivo.
He encontrado en cierto blog las hipócritas declaraciones (hechas en febrero pasado), de una de esas que van de Damas y se emperifollan para lucir sus arreos en los salones de los que creen dignos señorones y no son más que traficantes de esclavos.
¡Pardíez que hace gracia! Intentaba esta convencer al dueño del blog de que andaba errado, más en sus pobres argumentos, lo mejor que acertó a mencionar fue a una comunista maleducada y necia hasta el último de sus pelos. Una pobre mujer que se cree un pozo de sapiencia, cuando su única actividad es zascandilear en casa ajena porque de propia carece, no sea que si la ofrece, ante la sangre huyan sus invitados.
Más no es esta ameba quien me interesa hoy, sino la otra. DOÑA: yo no voy nunca a blog ajeno, de hipocresías lleno, con lo que no es necesario bloquearme. Soy yo, DOÑA, quien se aparta de las cochiqueras porque su hedor me es insoportable. A vuestras excelencias no les desagrada, ya que en su naturaleza lo llevan desde la cuna.
Cómo ve, DOÑA, lo que he de decir lo digo desde mi casa, que nunca me faltan visitas, aunque mis salones no tengan grandes cuadros de pintores famosos ni cuenten con orates narrando glorias pasadas.

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