domingo, 11 de abril de 2010

Javier Pol Javier Pol Javier Pol Javier Pol

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Pues sí, este es otro al que he pillado hoy. Si al final todo se sabe, por más que las ratas salgan disparadas en todas direcciones, buscando un agujero pestilente dónde meterse.

Lo he pescado en mi propio blog. ¿Que si me ha dicho algo? No, al contrario, ha borrado sus comentarios en él... Menudo trabajo de chinos se ha pegado el gacho, pufff... Debe ser un desocupado mantenido porque si no...

A mí me dan mucha risa estos comportamientos infantiloides de las amebas. En primer lugar, no desaparece la constancia de quien comentó, ya que sólo el dueño del blog puede borrar sin dejar rastro alguno. Por tanto, su nombre y link a su blog siguen apareciendo allí y con mi respuesta en su día, queda cubierto de vergüenza de pies a cabeza. ¡Ay, no! ¡No!, que vergüenza no tiene esta gente.
Demostrar su cobardía les da igual. Cómo ellos no la ven, creen que los demás tampoco.

En segundo lugar, el pobre ameba parece que ha olvidado cuando ambos nos comunicábamos en privado, porque le informé de que tengo un blog oculto al que voy trasladando todo el contenido del oficial, comentarios incluídos, con lo que puedo publicar sus cobardías si me da la gana, por mucho que le dé un ataque de nervios.

¿Que si lo haré? No. ¿Quien es Javier Pol? Nadie. Un zascandil cagado por las patas abajo, escondido debajo de la cama.

Las amebas no comprenden que son ellos mismos quienes provocan que los mencione. Si este medianena cobarde no hubiese borrado sus comentarios, yo ni me acordaba de él.

Anda, Javierín, comprate una pistolita de agua e intenta conseguir algo de hombría. Los niños empiezan así.

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