domingo, 13 de diciembre de 2009

Los patios de vecinos virtuales

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Son esas comunidades de blogs que ahora han pasado a llamarse pomposamente redes sociales, en un desesperado intento de reciclaje de basura. Imposible. De donde no hay no se puede sacar. Están prácticamente muertas, moribundas.
Mi amigo Jesús ya me lo dijo respecto al Qué!, el mayor estercolero después de El País, pero a pesar de que no lo dudaba, puesto que por mucho que Tanatos se desgañite con sus visiones psicotrópicas y es evidente que una comunidad formada por cuatro gatos lamiéndose mutuamente no puede llegar muy lejos, estoy alucinando al comprobar como el resto de comunidades vecinales agonizan a ojos vista.

Se jodan. Muchas infulas y mucho bla bla bla, pero han echado a los blogueros que saben escribir, al tiempo que han dado cobijo a trolls, creyendo que los cuatro palurdos de sus amigotes lo harían subir como la espuma a golpe de copia-pega.
Me dijo un amigo no hace mucho que la venganza es mala. Luego se disculpó por haber entendido mal. Y es que yo no busco venganza; como le expliqué, supone una perdida de tiempo y además, rebajarse hasta la altura de los pelagatos. No es necesario hacer nada, la mierda cae por su propio peso y sólo hay que apartarse para que no te deje de pena.




Este es el "manjar" que se suele servir en semejantes sitios donde los moderadores hacen y deshacen a su personal conveniencia, burlándose de los dueños del medio que están convencidos de que por tener estos elementos el carnet de periodista son de toda confianza. ¡Ja!


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